Psicoterapia a través del cine, la literatura...el arte...



“El Arte toca el cerebro y lo involucra de forma más profunda que otras actividades. La música, la pintura, la escultura, la comedia, el drama, la poesía y otras artes vinculan zonas separadas del cerebro en las que se guardan recuerdos y habilidades”.
                                                                                                       John Zeisel


                                                                                         

La posibilidad de compartir e integrar sensaciones, sentimientos cogniciones   en psicoterapia ligados al  visionado de películas y lecturas de libros interesantes para los  pacientes, es una herramienta muy poderosa que podemos utilizar.

¿En qué situaciones podemos utilizar el cine en psicoterapia?


- Utilizar el cine como herramienta terapéutica es interesante en todas las situaciones, tanto en niños (a través de película infantiles, dibujos animados), como en adolescentes y adultos.
Puede utilizarse tanto con personas que tienen dificultades de la vida cotidiana, que somos la mayoría de usuarios de psicoterapia,  como en pacientes altamente traumatizados.

Hay  personas que se expresan mejor a través de imágenes que en palabras,  por ello, el hecho de compartir los sentimientos que  genera una película de cine,  favorece la comunicación y el entendimiento.
Realmente la utilización de propuestas creativas es interesante para cualquier tipo de pacientes.

-Hay personas muy cultas e intelectuales  que acuden  a psicoterapia y hablan de sus sentimientos a través de citas y pensamientos de escritores, filósofos, científicos, etc

-Los pacientes que están en situación de shock y a los que les cuesta compartir o indagar en sus sensaciones, sentimientos, cogniciones, la metáfora del cine, literatura y otros soportes creativos les proporcionan un soporte para poder transmitirnos y entender lo que  sienten. En situaciones de estrés post-traumático en personas abusadas y o maltratadas, donde a en ocasiones no hay palabras para expresar lo que sienten, la utilización del argumento de una película puede servirnos para vincularnos y poder hablar a través de la metáfora de la película.
ejemplo : en la serie creedme. La protagonista sufre estrés post-traumático.  La paciente acude a terapia de forma obligatorio y no tiene ganas de hablar, por lo que la psicóloga le pregunta si quiere compartir una película

-Puede utilizarse por ejemplo en situaciones de estrés post-traumático en personas abusadas o maltratadas, donde en ocasiones no hay palabras para expresar lo que sienten, o casi no pueden hablar.

Obviamente a una persona en esas situaciones no vamos a proponerle hablar de una película en un primer momento. Siempre hemos de construir un vínculo con ella.




Realmente la utilización de propuestas creativas es interesante para cualquier tipo de pacientes.

-Hay personas muy cultas e intelectuales  que vienen a psicoterapia y hablan de sus sentimientos a través de citas y pensamientos de escritores, filósofos, científicos, etc
Hemos de aprovechar los recursos que los pacientes tienen.  Hay personas que son más instintivas, otras más emocionales y otras más intelectuales.
Creo que  integrar el instinto, emoción  y cognición favorece la autorregulación y proporciona un mayor bienestar bio-psíquico (hipótesis cerebro triuno Mc Lean 1978), por eso  hemos de vincularnos con el paciente a través de las zonas  más sanas de su personalidad (que siempre la tiene) y ayudarle a desarrollar e integrar las zonas más deficitarias.


-A los adolescentes les gusta mucho expresar sus intereses  a través del cine, la literatura y sobre todo la música. Muchas veces preguntan: conoces a este autor? si no lo conozco lo busco en youtube en la misma sesión
¿por qué no ?
  a veces es la excusa para hablar de sí mismo -algo que cuesta en la adolescencia-  a través de las letras o palabras  de otro.




 En resumen podríamos decir que podemos utilizar el cine, la literatura y la música y cualquier propuesta creativa con nuestros pacientes en diferentes momentos.

Los pacientes no solo se interesan en las películas por el argumento. A muchos les interesan películas concretas porque se identifican con ciertos actores o actrices, directores, fotógrafos, músicos, etc
En mi caso, cuando una de mis actrices o actores favoritos hace una peli, voy a verla, sea del estilo que sea.  Así que las motivaciones  para elegir determinada película son complejas y nos acercan a zonas inconscientes, preconscientes y conscientes de las personas con las que trabajamos. Por ello trabajar de esta forma me parece fascinante. El director de la psicoterapia es siempre el paciente. Nosotras somos acompañantes de dirección. Una investigación personal donde paciente y psicoterapeuta emprenden viaje de conocimiento personal.


El cine, la literatura, la música, la creatividad en general, son propuestas que se pueden utilizar en el marco de una psicoterapia  (aunque se utilizan en otras profesiones con éxito ... terapia ocupacional, educación social, trabajo social, educación....)

También hay personas que necesitan que le ofrezcamos lecturas significativas relacionadas con su proceso vital o videografía que posteriormente podemos trabajar en psicoterapia.

Vamos a ir citando películas y literatura interesantes para trabajar en terapia por diferentes temas.

Haremos un análisis de la mismas apoyándonos en  el proceso creativo que consideremos, ya sea analizando la película desde un punto de vista psicológico, o incluyendo  retazos de nuestra propia biografía o incluso apreciaciones y opiniones  de pacientes en consulta que han dado su consentimiento.
Para mantener el secreto profesional cambiaré  numerosos datos que considere necesario intentando que la estructura sea coherente.


Es decir que  expondremos  según el  propio criterio creativo del momento ,  los contenidos como mejor consideremos para que nos suponga un placer, y no un sufrimiento el escribir.
Los contenidos serán escritos por mi misma, o con la ayuda de otras compañeras y colegas de profesión o aventuras de vida.

Vayamos por fín a nuestra película.


vamos a intentar profundizar en  relación de pareja a través de  "Los puentes de Madisson"  de uno de nuestros directores favoritos.

Transcribo la conferencia que dimos en la Casa Elizalde. Barcelona, María Jesús Benot y yo en el año 1995.

Resumen:














Dirección
Guion
Richard LaGravenese (Novela: Robert James Waller)
Música
Lennie Niehaus
Fotografía
Jack N. Green
Reparto
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Productora
Warner Bros / Amblin Entertainment / Malpaso Productions
Género
RomanceDrama | Drama románticoVida rural (Norteamérica)Melodrama.Fotografía
Sinopsis
La apacible pero anodina vida de Francesca Johnson (Meryl Streep), un ama de casa que vive en una granja con su familia, se ve alterada con la llegada de Robert Kincaid (Clint Eastwood), un veterano fotógrafo de la revista National Geographic, que visita el condado de Madison (Iowa) para fotografiar sus viejos puentes. Cuando Francesca invita a Robert a cenar, un amor verdadero y una pasión desconocida .
Y a continuación vamos a exponer la conferencia que ofrecimos en la casa Elizalde el año 1996, hace 22 años. Teníamos por aquel entonces 30 años y las relaciones de pareja (al igual que ahora) eran uno de los temas que más nos interesaban. 

Articulo. RELACIÓN DE PAREJA: cotidianidad o rutina. 1995. 
María Jesús Benot y Ana Moreno. Conferencia en Casa Elizalde. 

Me gustaría plantear aquí un tema que me parece que, en mayor o menor medida, interesa a todo el mundo. A mí no sólo me interesa sino que me parece apasionante. Me refiero a la cuestión de que sí es posible llegar a alcanzar una relación de pareja satisfactoria. Cuando digo satisfactoria me refiero a que se sea completa: estable, de confianza, cotidiana y pasional. Expresiones tales como "ya no es lo mismo que al principio", "el amor llega un momento que se acaba" o "ya se sabe que la pasión no dura siempre" ilustran la preocupación generalizada que este tema produce. Preocupación que la mayoría de las veces se convierte en una aceptación más o menos resignada.

Si echamos una ojeada a la literatura o al cine nos damos cuenta de que las obras más serias, las que pretenden enviarnos un mensaje realmente profundo, nos dicen que el amor-pasión no es compatible con una vivencia prolongada. Tomemos por ejemplo la gran historia de amor de la literatura universal: Romeo y Julieta. Los dos protagonistas se conocen en un baile, se enamoran perdidamente, esa misma noche Romeo trepa al balcón de Julieta, se aman apasionadamente hasta el amanecer y Romeo se marcha (las familias de ambos están enemistadas). Julieta perdidamente enamorada y por un sacerdote amigo, toma una pócima para simular que está muerta y poder posteriormente casarse con Romeo. Éste recibe la noticia de la muerte de Julieta y delante de su presunto cadáver se suicida. En este momento Julieta se recupera de los efectos del fármaco, descubre el cadáver de Romeo y llena de desesperación se suicida también: un amor perfecto. Perfecto porque sólo ha durado una noche. Es como si nos dijeran que cuando uno se entrega totalmente tiene que morir.
Tomemos otro ejemplo, la película "Los puentes de Madison". Cuenta la historia de un amor apasionado entre una mujer casada, cuyo marido se ausenta durante cinco días con sus hijos y un fotógrafo del National Geographic, que llega a la ciudad precisamente el día en que se marchan. Tras unas horas de duda y dolorosa despedida, ella decide al final conservar su matrimonio. Después de la muerte de su marido ella intenta ponerse en contacto con su amante, pero éste ya ha muerto. Desde mi punto de vista el mensaje que se transmite aquí es: el amor-pasión, sacado de su contexto de prohibición, de brevedad, de ocultamiento, dura cuatro días (esto lo dice literalmente la protagonista de la película) y hay que conformarse con un marido afectuoso, limpio y poco sensible, que aunque no te entienda te quiere mucho.
Hay otro tipo de obras difícilmente calificables de literarias, las tan menospreciadas y famosas novelas rosa de Corín Tellado, de la Editorial Jazmín, junto con las tradicionales películas americanas de los años 40 y 50, cuya estructura parece más simple y superficial; chico conoce a chica (de su vida) y tras unos atormentados comienzos todo termina por solucionarse y son felices para el resto de sus días. Se entiende, por supuesto, que en su relación no falta ni la comprensión, ni la ternura, ni la confianza, ni una apasionada relación sexual. Es curioso que, aunque menospreciadas, este tipo de obras prolifera mucho y atrae a un amplio público. Aunque se crea que la realidad no pueda ser tan simple —y claro que no lo es— parece haber un secreto anhelo en todos nosotros de que un día ocurra algo mágico: encontraremos al hombre o mujer de nuestras vidas que aceptará todas nuestras debilidades, se sobrepondrá a nuestras ambigüedades y nos querrá tal y como somos.
¿Qué pasa aquí?
Es como si una parte de nosotros, esa parte razonable, sensata (desengañada, diría yo, que ha escuchado, y se ha creído todo lo que le han dicho, que se basa en la experiencia diaria) y por tanto que creemos real, dijera: el amor no existe o por lo menos no se puede experimentar plenamente, no existe el derecho a vivir esa experiencia de forma duradera y satisfactoria sino que hay que vivirla con sobresaltos, con miedos terribles de que todo acabará pronto, esperando la gran hecatombe, el gran abandono, la gran traición, la muerte. Por tanto, para que no ocurran toda esta serie de desgracias, hay que vivirlo por separado, poniendo la gran pasión en una persona y la ternura y la confianza en otra, escapando así del compromiso, evitando el abandono y la traición.
Hay otra parte (a la que se considera ingenua, pueril, irreal, porque no se basa en nada que se pueda tocar, sino en un oscuro deseo) que dice que sí, que sí es posible y se inventa películas que siempre acaban bien en las que los matrimonios se aman con ternura y con pasión hasta el fín de sus días. Aunque despreciemos esa parte, está ahí al menos el deseo de que eso ocurra, existe y esto debe significar algo importante. Lo que la experiencia nos demuestra una y otra vez no tiene por qué ser la realidad absoluta. Es una realidad, la que está ocurriendo, la que se ha instalado como se instala la enfermedad o el aburrimiento pero eso no significa que no exista la salud o el entusiasmo.
Al fin y al cabo de lo que se trata aquí, me parece a mí, es una cuestión de integridad. ¿Quiénes somos?, ¿estamos completos?, ¿somos íntegros?, ¿qué ha pasado para que tengamos que ir poniendo unos sentimientos por aquí y otros por allá y para que no podamos entregarnos completamente?
Desde mi experiencia con la psicoterapia (en definitiva con mi labor de crecimiento y conocimiento personal), me doy cuenta de que nos sentimos totalmente fragmentados, de que nos hemos olvidado de muchas cosas que nos pertenecían, que nos han hablado de tantas cosas que no estaban bien hechas, que eran peligrosas, que estaban mal vistas, que no servían. Todas estas partes las hemos ido arrinconando en algún sitio y nos sentimos amenazados porque parece como sí nos pertenecieran.
En la película "Los puentes de Madison", la protagonista ha abandonado sus sueños de adolescencia y vive una vida apacible y aburrida en un lugar lejos de su ciudad natal. Ha renunciado. Sin embargo, un buen día (el mismo en el que su marido se va con sus hijos a pasar cuatro días en una ciudad lejana), aparece un fotógrafo que encarna esos sueños para ellos olvidados y se enamoran perdidamente.
Y entonces se plantea el conflicto, ¿mi marido o él?. El problema es que el conflicto, la separación están dentro de ella y no fuera. Ni con el marido podrá vivir la pasión (ella misma no se lo permite) ni con este nuevo hombre está dispuesta a emprender una vida en común. Lo dice claramente: Si me fuera contigo esto no duraría. Uno se pregunta ¿Por qué, si lo tiene tan claro, si están tan enamorados?. Sin embargo ella lo sabe a ciencia cierta, es como si supiera que sólo puede entregarse a ese sentimiento de amor intenso porque sólo van a durar cuatro días.
Como decíamos, el conflicto y la disociación están dentro y no fuera. ¿Qué nos ha hecho llegar a este conflicto?

Vamos a partir de que la construcción de la personalidad tiene un origen BIO-PSICO-SOCIAL. 
Es decir existe una predisposición genética y un entorno social que obviamente van a influir en la construcción de cómo somos. 

como psicóloga, tendré en cuenta la predisposición genética (que no podré transformar ),-aunque   las  aportaciones científicas de las neurociencias y  descubrimientos como la  neuroplasticidad cerebral y neurogénesis- me aportan una mirada más esperanzadora sobre trastornos neurobiológicos de origen prenatal, postnatal que tendré que tener en cuenta. 

El entorno social va a influir en la construcción de la personalidad obviamente. Imaginemos dos situaciones muy distintas, un bebé nacido en España por ejemplo y un bebé nacido en Siria. Las dos mamás tienen un apego seguro con sus bebés y además biologicamente los dos niños tienen una fortaleza parecida, pero una vive en una situación cómoda  acompañada por toda su familia, y la otra tiene que huir de su país con el niño en brazos. Obviamente estos niños no van a tener las mismas oportunidades para construir u vida .

Así que nos centramos en los aspectos psicológicos que es donde podemos incidir las profesionales de la psicología-psicoterapia, creyendo que también los avances que podemos hacer en ese nivel, van a tener una repercusión a nivel biológico, ya que cuerpo y mente  interactúan continuamente.


Desde el punto de vista psicológico, las experiencias de nuestra infancia y adolescencia son muy importantes.  El mundo del niño está muy lejos del mundo del adulto. Un niño está completamente abierto a las experiencias que le vienen de fuera y en sentido contrario, también manda sus experiencias hacia el mundo exterior sin tamiz alguno. Si siente el amor, el niño lo expresa y cuando lo siente lo hace de una manera total, íntegra. Con los primeros que expresa esto es con los adultos, que a veces no aceptamos su manera de expresarse, no aceptamos sus impulsos. No los entendemos o nos dan miedo.  Puede haber con la palabra o actitud un rechazo desde el adulto hacia el niño y un no hacia su movimiento de forma más o menos inconsciente. El niño aprende que el amor de los adultos está condicionado a que se comporte de una manera determinada y no de otra. En este sentido funcionamos de manera muy automática. Tenemos una cinta grabada en nuestra cabeza que repite y repite la misma información. El miedo a ser rechazados es tal que no nos atrevemos a ser quienes somos y vamos ensartando cuentas como un rosario de mentiras que construye una persona que no funciona adecuadamente.
Por eso creo que nadie nos vendrá a salvar desde fuera. El gran amor no se nos presentará de pronto con su armadura de plata montando en su caballo blanco para descomponer los pedazos diseminados de nuestro ser. Se presentará cuando hayamos hecho nuestra labor de recomposición interna, recuperando a través del dolor y también del placer, todos esos pedazos de nosotros mismos que habíamos negado y que nos torturaban. Es una gran labor de restauración pero no hay que inventar nada, está todo ahí dentro de nosotros. Sólo hay que engrasarlo un poco para que vuelva a funcionar.

1ª parte . 1996. Barcelona. Casa Elizalde.

Proximamente 2ª .

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